Dos infortunados braceros murieron ahogados en el río Bravo

José Erlin (salvadoreño)

Por René Gutiérrez G.

Fotos: José Mario Aguillón G.

Eran extranjeros los dos cadáveres que fueron extraídos de las aguas del río Bravo la mañana de hoy martes 1 de septiembre, cuando probablemente este traicionero río, truncó sus sueños de barrer dólares en la Unión Americana, uno era de la República de El Salvador y el otro de El Brasil, a la altura de lo que anteriormente fue la colonia Los Patos, el fiscal acompañado de peritos de técnicas de campo, dio fe ministerial y luego ordenó el traslado de ambos cuerpos al servicio médico forense, para la práctica de la autopsia de ley.

Pablo Dos Santos (brasileño)



Comandante Zapata de grupo Delfín de PC



El macabro hallazgo de esa doble tragedia centroamericana, ocurrió alrededor de las 10:40 horas cuando las operadoras de Centro de Emergencia 066, comunicaron al equipo de Rescate Acuático de Protección Civil, sobre dos cuerpos que venían flotando en medio del rio por lo que de inmediato se constituyeron en el lugar.
Los cadáveres presumiblemente vendrían flotando de algún pueblo cercano como Arguelles, o de Díaz Ordaz, y de acuerdo a los peritos de Técnicas de Campo de Servicios Periciales, tendrían aproximadamente de cinco a diez días en el agua, pues ya se encontraban en avanzado estado de putrefacción.
Entre sus pocas pertenencias estaban sus credenciales de residencia, por lo que fueron identificados uno como José Erlin Salgado Díaz, que contaba con 20 años y era originario de la República de El Salvador; en tanto la otra víctima se llamaba Pablo Federico Dos Santos, que tenía 52 años, éste era de Brasil.
Agentes ministeriales del grupo de homicidios también llegaron al lugar del hallazgo, para apoyar al fiscal de la Agencia sexta del Ministerio Público a dar fe, y señalaron que localizarán a sus familiares a través del Consulado de sus respectivos países, para que vengan por los cuerpos y así darles cristiana sepultura.
Finalmente se dio a conocer que los hoy occisos estaban con sus ropas, solamente José Erlin tenía sus tenis puestos, y el otro estaba descalzo, pero los dos tenían sus carteras con sus identificaciones.
Luego de que el fiscal diera fe de los hechos, el fiscal ordenó a los de la funeraria trasladaran los cadáveres a la morgue del Servicio Médico Forense para la necropsia de ley.