Por: René Gutiérrez G.
Fotos: José Mario Aguillón G.
Fue arrastrado más de 50 metros un clásico “escarabajo” por el carguero de las 18:30 horas, hasta apartarlo de la vía, una mujer y su hijo viven para contarlo aunque están hospitalizados, el accidente ocurrió en el barrio de las cantarranas de la zona centro.
Aunque parezca extraño la locomotora 2083 con destino a Matamoros, no le causó lesiones en el choque a Claudia Mora Reyes de 38 años, vecina de la calle Ocampo a un par de cuadras del cruce ferroviario, donde dejó a su hijo lastimado para en busca de su familia, pero al llegar a la vecindad donde radican resbaló en la entrada y se fracturó el brazo derecho y un doloroso esguince en el tobillo izquierdo.
Ambos a bordo del sedán Volkswagen 89, lo conducía Juan Carlos Pazos Mora de 19 años, circulaban de norte a sur por la calle Melchor Ocampo para ir a recargar un pequeño tanque de gas butano, y abastecer agua purificada; sobre esa ruta les antecedía un camión transporte de valores y a pesar de que el ferrocarril se aproximaba cerca pero lento, se aventuraron a pasar, avanzó el blindado y detrás el “bocho”.
Justo cuando estaba en los rieles el motor del Panamericano se apagó súbitamente, su conductor no identificado tal vez no sabe que la fricción de los cientos de toneladas de acero sobre las vías genera un campo magnético que provoca fallas en los vehículos.
En un momento dado este se desplazó por inercia de la pendiente del paso de vía lo suficiente para salir del camino de la locomotora, no así el “escarabajo” de tal suerte que el maquinista Herminio Yáñez Herrera de 63 años, trató de detener la mole pero fue imposible aunque sirvió la desaceleración para que el contacto con el pequeño auto fuese menor arrastrándolo hasta que el barre vía de la máquina lo sacó al carril de la avenida Revolución.
Los paramédicos de la Cruz Roja dijeron que las lesiones no son graves, e irónicamente la señora Mora se hizo más daño al caer que con el impacto del tren.
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