miércoles, 29 de junio de 2011

Entre la vida y la muerte

Por: René Gutiérrez G.
Fotos: José Mario Aguillón G.

 A “boca de jarro” disparó un asaltante a despachador de gasolinera en la zona centro dejándolo al filo de la muerte, además intentó asesinar a otro que lo persiguió por dos cuadras donde la bala impactó en una pared.

José Luis Vázquez de unos 70 años de edad, empleado de la estación de servicio de las calles de general Aldama y Mariano Escobedo en el barrio viejo del centro; cerca de las 13:00 horas, pidió permiso para ir a comer a su casa como todos los días y en dos horas reincorporarse a sus labores.

Se encaminó entonces a su camioneta estacionada cerca de la rampa de acceso de la Escobedo, en eso apareció un sujeto alto, delgado, moreno de pelo corto, ataviado de una playera en color blanco y “jeans”.

Javier González, compañero de don José Luis de pronto observó que “el viejón comenzó a aventarse manotazos con el chavo ese, primero pensé que juagaba pero luego vi que había pedo y comencé a acercarme, se oyó el plomazo y cayó el señor”.

El delincuente corrió hacia la Allende y dobló la esquina hacia la Victoria, Javier iba tras él a una distancia prudente, pero ya sobre la Victoria y frente varios transeúntes el hampón se detuvo e hizo un segundo disparo, esto espantó al perseguidor y regresó a la gasolinera, la ambulancia no llegaba y tampoco la policía.

El proyectil calibre 380 también conocido como 9 milímetros corto, había perforado el abdomen casi a un lado de la boca del estómago y salió por la espalda, el delincuente sin miramiento a su víctima de la tercera edad con toda saña detonó el arma pegado a la ropa del hombre.

Los estragos de la bala mantienen en condiciones muy graves a esta persona en el IMSS, el agente segundo del Ministerio Público, José Guadalupe Salinas Hernández, con agentes investigadores del Estado, llegaron a la escena dando fe del casquillo como del lesionado, así como del impacto de bala en el muro de la casa 1015 de la calle Victoria, a unos 20 centímetros arriba de la cabeza de Javier, por lo tanto tuvo suerte esta vez.

Desde ese momento la Policía Investigadora del Estado, asumió la indagatoria y hasta el momento no hay detenidos, la conclusión es que el maleante aparentemente actuó solo, supuso que José Luis llevaba el depósito en efectivo del fin de semana, pero resulta que solo iba a su par de horas de comida.


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