Por: René Gutiérrez G.Fotos: José Mario Aguillón G.
A pesar de carecer del cotejo de ADN de los restos óseos y la muestra del padre, el fiscal sexto asegura tener identificados los restos encontrados en la Jeep Liberty 2002, recuperada del Anzaldúas cerca de las compuertas el 10 de junio por la noche.
Carlos Eleodoro Linares Serrano de 46 años, vecino de la colonia Las Torres, juró ante esa autoridad que la osamenta hallada en el asiento trasero de la Jeep color rojo, son los de su hijo Carlos Alejandro Linares Ramos de 21, desparecido el 22 de mayo.
En parte por los girones de tela de la playera y pantalón, así como, por el vehículo idéntico al tripulado por su hijo como lo confirmó su nuera Karen Alemán de 20 años, el día 23 mayo al comunicarle que Carlos no había llegado a casa la noche anterior.
Admite Linares Serrano dentro de la averiguación previa 470/2011, otras ausencias casa de su hijo por eso no le dio importancia, pero al pasar los días se mortificó y decidió buscarlo pero no tuvo respuesta, ni en la calle como en el centro de trabajo.
Aunque hubo alguien que le comentó que una camioneta similar había caído al canal desde la brecha cercana a la bocatoma no le creyó, hasta la noche del 10 de junio cuando se enteró por medio de un socorrista amigo que al bajar el nivel del agua había quedado al aire libre el capacete de una Liberty roja.
Desde ese momento sabe que los restos cadavéricos son los de su hijo, sin embargo, el Ministerio Público sexto, no se los entrega debido a que es necesario el ADN por exigencias de la ley y por lo tanto es necesario esperar tal vez una semana, pues se realizan en Ciudad Victoria.
Respecto a cómo ocurrió el percance las autoridades se muestran escépticas, ya que el inmolado radicaba en la colonia Hacienda Las Fuentes, muy distante a donde pereció, además tratan de saber si era perseguido por alguna autoridad o fue descuido del propio occiso.
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